martes, 2 de febrero de 2016

Sentando las bases


Y tras despotricar de la bochornosa gala, vamos a pensar a largo plazo: ¿qué necesita España para triunfar en Eurovisión? Ni idea. Nadie lo sabe. Lo que sí sabemos es lo que ayuda a lograr buenos resultados de forma regular: la estabilidad. Televisión Española no puede estar año sí y año también cambiando de formato (desde el año 2002 se ha usado un talent, preselección de artista y tema por separado, preselección pública, preselección con filtro interno, preselección interna -entre comillas-, dedazo solo de tema artista y dedazo completo). ¿Pero entonces qué necesitamos?

España necesita una preselección, no una paripré. Y para ello hay que tener en cuenta varios factores, siendo el primero evidente: una preselección buena no se monta en un día, ni en una semana, ni en un mes. Necesitamos tiempo, mucho tiempo. Abriendo el calendario, se me ocurren unas posibles fechas random para la pre: 20 de junio (anuncio de la convocatoria), 5 de septiembre (apertura de plazo de envío de candidaturas), 16 de septiembre (fin de plazo de envío de candidaturas), 16 de noviembre (rueda de prensa de presentación de artistas), 14 de diciembre (publicación de los temas), 11 de febrero (final nacional). Todas estas fechas habría que anunciarlas el día del anuncio de la convocatoria, nada de improvisación. Todo bien organizadito y pensado con calma y tiempo.

Para que salga una canción buena, hace falta elegir una canción buena. Hay que buscar un conjunto artista-canción que case, lejos de intereses económicos o amiguistas. Los amigos Prieto y Llano han demostrado que, de música, lo justito. ¿Para qué tiene TVE un equipo creador de esa maravilla llamada Cachitos? Utilízalo. Llama a expertos musicales, conforma un buen grupo que sea capaz de seleccionar ocho candidaturas variadas para la preselección. ¿Por qué no contar con alguien como Alejandro Abad en el proceso de selección? Hay muchas posibilidades, pero la meta es la misma: generar un panel de gente con cierto rigor musical para que seleccione esos temas, no a Toñi Prieto y a Federico Llano en una mesa mirando correos a ver si el nombre del artista les suena o no.

¿Y qué necesita una buena preselección? Un buen escenario que permita una buena realización (os pongo la foto en la cabecera del escenario del Eurosong, que me parece que tiene que ser el modelo de escenario tomado por España en los próximos años) y, sobre todo, un buen sonido. Es importante el directo, tal vez lo que más en una preselección. y tiene que estar perfectamente cuidado para que los artistas puedan mostrar claramente su candidatura. Pero hay otro aspecto que hay que tener en cuenta: el perder en la preselección no tiene que ser considerado como un fracaso, sino que el hecho simplemente de estar en ella tiene que ser tomado como un éxito, al poder mostrar tu música en horario de máxima audiencia y en directo. Y por ello es muy importante que todo esté muy cuidado, para que artistas y compositores quieran acercarse al mundo eurovisivo. Para que la gala de preselección no sea una gala cutre y casposa, como siempre pasa. Fuera clichés, como es lógico.

Y si se quiere hacer una preselección bien, hay que pensar a largo plazo, como es lógico. No hay que empezar la casa por el tejado, sino desde las bases. Y las bases son un escenario sencillito con buena realización, buen sonido, seis-ocho artistas, y poco más. Algo que no provoque vergüenza ajena en el espectador. Eso incluye la supresión de todo vínculo con Eurovisión en forma de nombre cutre tipo "Objetivo Eurovisión", "Mira quién va a Eurovisión" o "Eurovisión 2009: El Retorno", y por supuesto quitar todos los logos habidos y por haber de Eurovisión que han metido en esta pre. ¿Por qué no crear una marca y consolidarla en el tiempo? ¿Por qué no usar algo tipo "Nuestra canción para..."? ¿O por qué no recuperar, que no prostituir, la marca "Pasaporte a..."?

A grandes rasgos, estos son los asuntos a tener en cuenta para una futurible preselección que, evidentemente, tendría que ser un modelo estable. Vamos, como los países serios de Eurovisión hacen. Pueden cambiar el número de participantes, de galas, pasar de plató a estadio y viceversa... pero en el fondo es la misma base. Y eso es lo que necesita España: una base. Una auténtica preselección. Y así, con una preselección bien hecha, llegarán los resultados. No hace falta más presupuesto, sino más tiempo y saber invertir mejor ese presupuesto.

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