miércoles, 19 de agosto de 2015

Estamos a tiempo


Ayer aquí hablábamos de las ventajas que ofrece la elección interna de Martísima, pero yo que me dedico al ámbito de la Historia tengo que ser justo y ofrecer todas las posibilidades que, hoy por hoy, tenemos para Eurovisión. Tanto buenas como malas. Desde lo ideal, a lo menos ideal.

Selección interna
Empezamos por lo que ya hablamos ayer: la selección interna. A día de hoy la opción Marta Sánchez es la que más fuerza cobra, que sería repetir la fórmula del año pasado: se selecciona a una artista sin tener el tema. ¿Inconvenientes? Es un todo o nada. ¿A favor? A diferencia del año pasado, si se decide ya que es ella nuestra representante tendrá el tiempo suficiente para preparar una candidatura que sea competitiva en todos los sentidos, no solo en canción, sino también en conjunto escénico. Tanto a la artista como a la cadena les vendría de perlas, para qué nos vamos a engañar, y es una opción que podría venirnos bien de cara al futuro, pero de eso hablaremos un poco más abajo.

Está la opción de Martísima, pero evidentemente también estarán los artistas procedentes de discográficas con mayor empaque: las Sony, Warner, Universal y compañía. ¿A favor? Que ponen pastuqui. ¿En contra? Que ponen pastuqui. La ventaja es que la cadena se ahorra un importante montante de la candidatura, pero la desventaja es que pierde poder para que la discográfica haga lo que quiera. ¿Posibilidades de que esto suceda? Las mismas que con Martísima, pero me temo que eso ya sería más de cara a diciembre/enero, como ya es tradición en la casa.

La tercera opción, la menos probable, es marcarse un BBC y elegir algo random, algo diferente, inesperado (también conocido como opción Víctor Sandoval). Esta posibilidad está prácticamente descartada después de que se negaran a elegir internamente a Ruth Lorenzo por ser una cantante desconocida, aunque nunca se sabe, también decían que siempre querían darle la opción al espectador de elegir al menos el tema, y mirad con Edurne...

Preselección
Y aquí llega lo raro. Vamos a irnos con la opción ideal: TVE quiere hacer un Melodi Grand Prix, un Festival de la Canción. Para ello tendría que publicar las bases ya. Y cuando digo ya, digo que tendrían que convocar una rueda de prensa este lunes y explicar qué van a hacer, cómo lo van a hacer, y tener ya las fechas previstas. Cada día que se pierde es una oportunidad menos, puesto que los artistas van cerrando sus giras, y las opciones de encontrar un recinto adecuado para tal evento son menores al estar ya las fechas de los principales espacios reservadas. Aquí tenéis un ejemplo nuestro de normas para una preselección que son perfectamente válidas para España, ya que están diseñadas para nuestro país. No tenemos que hacer un copia-pega, sino pensar en qué podría funcionar en España.

Y ahora empieza lo malo. Si ya nos metemos en septiembre, empezad a esperar lo peor: desde una preselección improvisada a lo 2014 a una preselección cutre por MySpace (MySpace 2016: el retorno) pasando por una preselección sin pies ni cabeza como la del 2005. Incluso, quién sabe, un Morenofestivalen para que nos podamos echar unas risas la noche del sábado. Con sus matrimoniadas, sus desfiles de moda, sus actuaciones de Jaimito Borromeo... Un show para toda la familia, vamos.

Conclusiones
¿Queremos hacer las cosas bien? Pues las cosas de palacio van despacio, y por tanto hay que hacerlas con tiempo. Eso significa que hay que ponerse ya en marcha, tanto si es para dedazo como si es para preselección. Cada día que pasa es una oportunidad perdida de hacer algo grande, y sí señores, llevamos desde el año 1995 sin hacer un Top 5. ¿Vamos a cambiar las cosas? Pero todo depende de la voluntad. Hacer las cosas con tiempo no supone un mayor o menor esfuerzo de ningún tipo, simplemente permite planificar las cosas mejor. No es lo mismo componer y grabar un tema en tres tardes que hacerlo con todo un mes de dedicación. Tenemos que dejar margen a los compositores y artistas para que puedan enviar grandes candidaturas. Y tenemos que avisar con tiempo, para que no hagan planes y estén disponibles para Eurovisión.

Martísima


Vas a un restaurante. Y te dicen que hoy, por ser hoy, y solo hoy, te van a regalar el chuletón más caro de la tienda. Y que puedes repetir las veces que quieras. Solo hay una pega: el chuletón tarda algo en hacerse, y son ellos los que van a elegir la guarnición que te sirven con el plato. Pero sabes que el chuletón es impresionante. ¿Aceptarías?

Algo así ha pasado hoy. Marta Sánchez ha reconocido en la revista Lecturas, según recoge FórmulaTV, que ella estaría dispuesta a ir si le dejan elegir el tema. Es decir, que quiere controlar su candidatura. Cosa absolutamente lógica porque la que se jugaría el tipo en Estocolmo es ella, no uno que pasa por allí. En definitiva, que tienes a Marta Sánchez, una de las artistas españolas más reconocidas internacionalmente (todos sabemos que el mercado de España está en Latinoamérica y no en Europa), dispuesta a representarnos. Y lo que te pide es que le dejes a ella controlar la candidatura. ¿Qué harías? ¿Le dirías que no?

Sí, yo hace solo unos días defendía que tendría que ir alguien con ganas, y que generalmente los que más ganas tienen son los que empiezan y tienen que promocionarse, y saben que tienen una oportunidad de promocionarse a lo grande. Pero es que Marta Sánchez no está en su mejor momento de ventas, todo sea dicho, y necesita esa promoción. Y Europa, y pensando en más pequeño España, sería un excelente mercado para ella. Y para TVE sería una oportunidad de oro: Marta Sánchez es una artista que genera alabanzas y críticas a partes iguales, con lo que el simple morbo de verla sobre el escenario de Eurovisión conllevaría unas audiencias inmensas. Eso, sumado a que si se elige ya a Marta, tendría el tiempo suficiente para preparar una candidatura con garantías, podría llevar a La 1 a unas audiencias récord, de otros tiempos.

Cadena y artista saben que tienen una oportunidad muy grande. Especialmente la cadena: ¿cuándo un artista de este nivel se ha ofrecido, al menos tan abiertamente, a representarnos en Eurovisión? ¿Van a dejar pasar una oportunidad así? Y sí, yo soy el gran defensor de las preselecciones. Pero si delante de tus narices tienes la oportunidad de llevar a la artista más reconocida que España hoy por hoy puede llevar a Eurovisión, lo siento mucho pre, pero yo me quedo con elección interna a Marta.

viernes, 14 de agosto de 2015

Mi abuela a Eurovisión


Ya que algunos se empeñan en que su cantante favorito tiene que ir a Eurovisión, yo lanzo una propuesta arriesgada: que mi abuela nos represente en Suecia. Total, presenta las mismas garantías de éxito que si va, yo que sé, Marta Sánchez...

Fuera de bromas, se ve que a estas alturas algunos "ilustrados" del mundillo eurofan siguen sin enterarse de cómo funciona esto. No señores, por llevar a Marta Sánchez (a la que me encantaría ver en Eurovisión, por cierto, porque es uno de los grandes nombres del panorama nacional) no significa que lo vayamos a hacer bien. No significa nada. Simplemente que va. ¿Pero y si le da por ir con un tema rap en bable con reminiscencias de Sandovalízate? Un nombre no garantiza nada. Y hoy por hoy, ni siquiera una canción.

Eurovisión hace tiempo que dejó de ser un concurso solo de canciones, y nunca lo ha sido de intérpretes. En Eurovisión hace falta un conjunto. Y para obtener ese conjunto, hay que ponerlo a prueba. Y ahí tenemos los ejemplos de Suecia, Noruega o Dinamarca: una preselección que en cuanto a escenario y realización poco puede envidiar a Eurovisión, siendo una auténtica prueba de fuego de cara al Festival. Ya se han hecho los deberes en casa, y simplemente hay que modificar unos pocos aspectos para que la actuación quede redonda en el Festival. ¿Qué ha pasado con Alemania este año? Que precisamente la ventaja que les otorga su preselección se la han cargado: han cambiado la naturalidad de su puesta en escena por algo muy forzado (además de que el ganador no fue el representante).

Sí, ya estoy volviendo a defender el sistema de preselecciones. Y sí, digo que lo del "candidato ideal" me parece una auténtica chorrada. ¿Es que Sanna Nielsen no era candidata ideal en sus tropecientas participaciones en Eurovisión y resulta que en 2014, por arte de magia, sí lo era? Así, de la noche a la mañana. No tiene ningún sentido. Es estúpido buscar un candidato ideal cuando lo que en realidad tenemos que buscar es un sistema ideal. Pero no imitar lo que se ha hecho en otros países, no. Tenemos que buscar algo que realmente funcione para nuestro país. Hay que dejarse de las mismas tonterías de siempre. No hay que buscar un artista para ganar Eurovisión, sino que hay que buscar un modelo que nos permita encontrar, año sí y año también, a artistas (en plural) que sean capaces de ganar Eurovisión. Para quedar bien no hay que ir a quedar bien, sino que hay que ir a ganar. Dejémonos de tonterías: si queremos un Top 5 hay que ir a buscar un Top 1, no un Top 10. Está claro que no vamos a ganar todos los años. Ni siquiera a quedar bien. Pero no se trata de eso, sino de tener, año sí y año también, candidaturas competitivas, que hagan que nos sintamos orgullosos, que tengan un recorrido temporal lo suficientemente grande como para que sean propuestas redondas.

No, amigos, no se puede anunciar al representante en enero, y que diga que lo han elegido por ser X, que no han escuchado ninguna clase de tema porque no hay tema. Eso es lamentable. Las cosas hay que hacerlas con tiempo, no el último día. Puedes tener la potra de aprobar el examen estudiando el último día, sí. Pero te sale una o dos veces. A la tercera, pinchas. Y a la cuarta, también. Y muy posiblemente, por falta de motivación, a la quinta también se fracase. O se revierte la situación, o seguiremos igual. Pero para ello se nos tiene que meter en la cabeza a todos, no solo a los señores encargados, de los que obviamente siempre exigimos todo. A nosotros también, los eurofans. Y de momento, al menos en nuestro campo, parece que todavía queda mucho recorrido...