lunes, 18 de mayo de 2015

Eurovisión 2015 (III): Ceremonia de siesta


Creo que no hay mejor inicio que comenzar con un breve regesto de lo que pasó ayer: La ORF nos deleitó ayer con un espectáculo soporífero gracias a una realización soporífera que no nos enseñó nada. Bueno, algo sí: el edificio del Ayuntamiento y una carpa que parecía sacada de la Feria de Abril. Y ya.

Fijaos si fue mala la retransmisión de ayer, que lo más interesante estuvo en el Periscopio de Edurne. Vimos a Edurne conceder entrevistas y a Federico trabajando, pero no veíamos a Chema. Estábamos preocupados. No aparecía. El año pasado la televisión danesa nos hizo una cobertura extraordinaria de la llegada de Chema, el auténtico protagonista, a la red carpet. Pero este año ni rastro. No estaba.

Y seguíamos buscándole. Veíamos a un señor que se parecía a Vicente del Bosque con Irlanda, a los Genealógicos vestidos de rojo alfombra roja, a una abuela que bailaba, a la alemana bajándose cantando del autobús (sí, este año llegaban muchos de ellos en autobús, se ve que la EMT ha metido mano en Eurovisión), a Elhaida de frío vestida de Golden girl... incluso vimos por enésima vez la carpa que habían montado. También estaba Juanola Sand Marino con Conchita, e incluso estaba Debrah guapa. Aquello fue algo inquietante y probablemente digno de un programa especial de Cuarto Milenio. Pero no estaba Chema.

Y cuando pensábamos que ya no iba a aparecer, incluso ya habíamos tirado la toalla, apareció a lo grande. No podía faltar a esta cita el auténtico protagonista de la delegación española, y lo hizo nada más y nada menos que saludando al mismísimo Juanola en un momento para la posteridad:


El resto es otra historia: los checos petándolo en el Periscopio de Teuveé, los checos petándolo en la alfombra roja, los checos petándolo dentro del Ayuntamiento de Viena, los checos petándolo en la calle... pero también lo petó el moldavo en lo que posiblemente fue lo más random visto en años en una alfombra roja de Eurovisión. Eso sí, lamentablemente no tuvimos una heredera a la altura de Kasey Smith, un drama oiga.

En definitiva, que fue algo tremendamente soporífero, y que todavía no sabemos ni cómo pudimos aguantar semejante espectáculo, si es que eso se puede llamar espectáculo y no siesta. Vamos, que aquello fue un despropósito digno de la Alfombra Roja aquella de José Luis Moreno.

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